I wanna be a working girl.. y otras decisiones sin sentido

Ahora que los adolescentes están en plena selectividad, recuerdo como si fuera ayer (bueno, va, antesdeayer) aquellos días de nervios extremos, empolladas de última hora, taquicardias pre-examen, sudores fríos ante la hoja en blanco.. que a mí me tocó en dos días separados por un fin de semana, con lo que la agonía fue rato larga.. Qué locura de días.. Y qué inconscientes fuimos todos, o al menos todos los que no teníamos vocación (léase, el 85%) y escogimos nuestro camino con el dedo dubitativo porque era lo que tocaba, y punto. 

Y es que yo me pregunto: ¿quién con 18 años recién cumplidos, con esa pájara mental de cuidao que nos invade, tiene claro a qué quiere dedicar su futuro? ¿por qué nadie nos explicó que esa decisión iba a suponer un cambio tan crucial en nuestras vidas? 

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¿Queréis saber cómo decidí yo que quería dedicarme al mundo empresarial?


Pues fue algo tan absurdo como que un día me planté delante de la tele y vi "Armas de mujer"..

Y sentí que yo también quería ser como Sigourney Weaver o Melanie Griffith (con labios naturales, por favor) .. Y estar todo el día metida en una oficina entre montañas de papeles, ordenadores, teléfonos sonando, reuniones estresantes.. Sí, ya.. Y qué queréis que os diga.. 

Que sí, que somos totalmente inconscientes.. De esto y de tantas decisiones impetuosas que vamos tomando a diario casi sin darnos cuenta.. 

Y aquí es donde aparece la eterna pregunta a posteriori: "¿qué habría pasado si en vez de hacer A hubiera hecho B?".. Pues quién sabe, probablemente ahora mismo no estaría aquí sentada dedicándoos este rato.. porque no sería yo. Sería otra Sara con otro camino escogido, otras experiencias, otra gente, otros conocimientos.. otra vida.

Debo confesaros que si hoy me preguntáis, aún no sabría deciros del todo convencida a qué quiero dedicar el resto de mis días (eso depende de la última peli que haya visto.. jojojo).. Lo único de lo que estoy segura es que todo lo bueno que he encontrado desde los 18 no lo cambio por nada. 

Así que vivan las decisiones irracionales, las que te nacen del corazón.. no lo pienses mucho, no tengas miedo a elegir, no te cargues de responsabilidad por cada paso que das.. tan solo diviértete.. 

Y permíteme una recomendación (que ésta no falla):

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